Mientras se desarrolla la oferta de compra de BBVA sobre Banco Sabadell, los empleados de ambas entidades están preocupados. En España, BBVA cuenta con más de 21.600 trabajadores y Banco Sabadell con más de 12.700. Los empleados son conscientes de que ninguna de las fusiones anteriores ha ocurrido sin llevar a cabo reducciones de personal.

Aunque generalmente en las integraciones suele haber un excedente de personal, esto no siempre es así, opina Marcos Sanz, socio en Peoplematters. Un ejemplo de esto es la adquisición, el pasado mes de julio, de la empresa de energía renovable Cox de la ingeniería en concurso de acreedores Abengoa. Desde septiembre, ambas operan juntas bajo el nombre de Coxabengoa, donde "se ha apostado por mantener todo el empleo porque estamos en crecimiento y todas las semanas hacemos fichajes", explica Pablo Barrasa, su director de recursos humanos.

La comunicación efectiva de la estructura organizativa es esencial para evitar la pérdida de talento tras una fusión empresarial.

Otro caso es Masorange, la compañía resultante de la fusión de las operadoras telefónicas Másmóvil y Orange la cual se convirtió en el mayor operador de telecomunicaciones español. Con más de 2.000 y 6.500 empleados respectivamente, su directora general de personas, Mónica Allés, se muestra muy satisfecha con la rapidez de la integración de ambas plantillas. 

Actualmente, la compañía está llevando a cabo lo que denomina talleres de integración, donde se explica el propósito y la visión de la operadora y se busca fortalecer la colaboración entre los equipos. Esta medida busca evitar algunos de los tradicionales obstáculos de las integraciones. El primer desafío son los conflictos jerárquicos, ya que las direcciones suelen duplicarse y es necesario decidir qué mandos intermedios se mantienen en sus posiciones, explica Sanz.

Los choques jerárquicos y la duplicación de direcciones hacen que la compensación sea un factor crítico en estos procesos.