Los sueldos subirán un 4% de media el próximo año, un porcentaje que puede ajustarse a la baja en función del cierre de ejercicio en las empresas. Los sectores de energía, tecnología, farma o consumo tirarán de las retribuciones, y los perfiles más escasos en el mercado podrán negociar incrementos hasta del 25%. Sólo el 3,3% de las organizaciones optará por la congelación salarial.

La retribución variable -vinculada al cumplimiento de objetivos, al famoso dime cuánto aportas y te diré cuánto vales- y la flexible -seguro médico, formación y ayuda para la comida, transporte o guardería son algunos de los ingredientes que las empresas ofrecen a sus empleados para acceder a una ventaja fiscal- vuelven a ser las opciones para bonificar a los trabajadores, ante la poco probable subida del sueldo fijo. "La retribución variable y los beneficios se mantienen como opciones para la mejora de la oferta de valor a los empleados", asegura Guillermo Rademakers, senior manager de Peoplematters.

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